viernes, 9 de septiembre de 2011

Anorexia, bulimia y vigorexia

Empezaré por el último trastorno, la vigorexia.

La vigorexia es el trastorno del comportamiento que se caracteriza por la obsesión de conseguir un cuerpo musculoso tanto en hombres como en mujeres.

Antes de caer enfermo a los 23 años de edad practicaba mucho deporte haciendo bicicleta y levantando mancuernas en mi domicilio de 6 kilogramos por cada brazo. Incrementé bastante mi tono muscular.

Pero, todo se acabó y me convertí en un joven adolescente y luego hombre adulto que tuvo que asumir y aceptar que mi mundo juvenil ya nunca sería el mismo.

Después de "poner los pies en la Tierra", acepté mi nueva situación y dejé de tener falsas ensoñaciones que no me resultarían rentables ni beneficiosas y comencé una nueva vida.

La enfermedad le obliga a los pacientes a variar sus vidas pero no solamente a ellos solos sino también a sus familias. Es muy duro para todos e implica un cambio de rumbo y de comprensión.

Aún así no supone dejar de vivir.

Se pueden hacer actividades más asequibles como leer, ver la televisión, oír música, hacer terapias de rehabilitación, reír, pasear, escribir (a mano o con teclado), etcétera.

La bulimia es tener hambre de manera insaciable y la anorexia falta de apetito.



Afortunadamente para mí, no he tenido ningún trastorno del comportamiento anteriormente comentados pero lo comento porque recientemente he visto la noticia de que en la red social de Facebook, se intercambiaban consejos niñas pubescentes y adolescentes para "adelgazar" pero Facebook tomó medidas al respecto para evitarlo.

La influencia que ejercen los medios de comunicación como la irresponsable televisión empecinada en la retransmisión de anuncios publicitarios donde se observan modelos cadavéricas por motivos frívolos puede impresionar a las chicas jóvenes porque tras la emisión de un evento "fashion" y "cool" de diseñadores de moda hay toda una maquinaria de trabajo e intereses empresariales. Legítimos por otra parte. Todo el mundo tiene derecho a vivir de su trabajo.

El problema que conllevan estos trastornos alimentarios es educativo y de responsabilidad de la sociedad más cercana que rodea a las niñas.

Cuando una niña es niña y aún no ha madurado, tiene un cuerpo que se está formando preparándose para la madurez adulta y para ser mujer. Si quiere tener hijos necesitará su energía fisiológica para dar a luz y seguidamente deberá alimentar a su bebé con la propia leche de sus mamás.

Esto no es malo, es natural y propio de nuestra condición de animales mamíferos.

La responsabilidad no la asocio a las chicas solamente. La responsabilidad de estos comportamientos la atribuyo a la sociedad en general (madres y padres, compañeros y compañeras de colegio, amigos y amigas, medios de comunicación como la televisión y el cine, vecinos, etc.).

Las chicas y sus madres deberían saber que las niñas se están preparando para madurar y necesitarán todos los nutrientes que el cuerpo va a necesitar para construir y preparar las células de su cuerpo para un futuro alumbramiento.

Esto no significa que el proceso del parto sea un requisito exigible a toda costa sino una posibilidad y un derecho que tendrá la futura mujer y que terminará decidiendo ella misma.